Agitación Anarcosindicalista Reflexiones en torno a la alternativa anarcosindicalista en el siglo XXI
Miércoles 4 de abril de 2012, por
El libro es valiente como se va a ver en el extracto (y en el rechazo de la droga y del pasotismo).
Escrito en el 2010 no pudo tomar en cuenta a los Indignados ni a la unión por la Huelga General de CGT-CNT (donde milita el autor)-Solidaridad Obrera.
La única reserva que tengo es que la definición de qué es el anarcosindicalismo es muy escueta y no permite entender qué separa CGT de CNT y qué aleja Solidaridad Obrera de CGT y CNT.
Sería útil zanjar el problema dadas las rachas de histerismo que a menudo impulsan talibanes anarcosindicalistas a expulsar a compañeros por una pseudo pureza teórica (1978-1983 en España, 2011-2012 en Francia).
Frank, 04.04.12
Estamos, de facto, ante una dicotomía desde el punto de vista teórico que, si bien ha sido ya tratada suficientemente, conviene recordar debido al panorama actual de desmovilización obrera: ¿Es una contradicción pues que los anarco-sindicatos puedan ser reformistas y revolucionarios a la vez? Incluso podemos dar una nueva vuelta de tuerca y preguntar ¿es coherente luchar por un convenio justo que apalanque a los trabajadores en una situación cómoda en la sociedad con buen sueldo, estabilidad laboral y buenos horarios, cuando lo que se busca es demostrar la perversión del sistema que le está ofreciendo estas mejoras? Habrá que recordar que muchos de los procesos revolucionarios que se han dado en la historia, lo han hecho en lugares donde las situaciones eran extremas: guerras, marginalidad, enormes diferencias económicas entre los distintos estratos sociales, etc.
A nadie escapa que la situación que se plantea es cuanto menos compleja. Se podría decir que nuestro sindicato tiene un objetivo revolucionario: el cambio total de la sociedad; pero que hasta que llegue este momento, las miras están puestas en los problemas cotidianos que pueden considerarse transitorios hasta que llegue el día del nuevo amanecer libertario. En este punto de la reflexión hay una pieza clave y que debe ser la respuesta: la acción del militante. Los anarquistas somos defensores del derecho de toda persona a decidir en el devenir colectivo, es decir, ser partícipes tanto de la gestión como de la decisión colectiva y que nos hace, a su vez, responsables del devenir colectivo. Por tanto, el motor de cambio son las propias personas, no las condiciones sociales que se crean a su alrededor; podemos entender, pues, que cuando se adoptan medidas encaminadas a las mejoras laborales se hace por una doble motivación: en primer lugar, y como es obvio, para evitar situaciones a las que a nadie le gusta sufrir: salarios bajos, jornadas laborales interminables, temporalidad... por lo que es natural luchar contra dichas situaciones.
David Ordóñez, pp. 43-44 en PDF, pp. 87-88 en el libro.
Documentos adjuntos
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